jueves, 9 de septiembre de 2010

Reciclan policías retirados como nuevo método para mejorar la seguridad

El Gobernador Ricardo Colombi firmó un decreto para autorizar la contratación de 300 policías jubilados, ahora serán recontratados por el Estado para vigilar “puestos fijos” y de esa manera, liberar a policías en actividad para que se dediquen a tareas de calle. El anuncio se hizo a dos días del brutal asesinato de un menor de 14 años a manos de efectivos provinciales durante un procedimiento en el Barrio Pio X.

Con el Decreto Nº 2693 el Gobernador Ricardo Colombi tomó una medida más que particular, recontratar a policías jubilados para que vuelvan a trabajar, la idea es que los que estaban en sus casas disfrutando del retiro, se encarguen de “vigilar puestos fijos”.

El trabajo de estos uniformados que volverán a utilizar el término de manera literal, consistirá en la custodia de viviendas oficiales donde habitan funcionarios provinciales, edificios públicos y de esa manera usar a policías en actividad para tareas de calle o procedimientos.

Los jubilados que regresan al ruedo podrán ser contratados por un año con la posibilidad de renovárseles por idéntico periodo, una nueva contratación, el acto formal de presentación fue esta mañana en casa de gobierno y a dos días del brutal asesinato de Ezequiel Riquelme, adolescente de 14 años muerto de un disparo en el cuello tras entregarse a un grupo de efectivos que lo perseguía en el Barrio Pio X.

Es muy claro entonces el mensaje que envía a la sociedad correntina la actual administración, hechos como el del chico Riquelme son “errores” como lo calificó el ministro de Gobierno y Justicia, Gustavo Valdés, después agregó la esotérica frase: “A las armas las carga el diablo” y no se entendió bien si los endemoniados eran los policías o qué cosa.

Por el hecho hay un solo efectivo que dicen está arrestado, su identidad y rango exacto aún no trascendió. En tanto que ayer (miércoles) declaró el vecino donde se escondió Ezequiel cuando corría del grupo de policías, el testimonio del hombre fue lapidario: “El levanto las manos, se entregó y ahí le dispararon”, dijo.

Sin embargo, esta mañana durante la presentación del reciclado de uniformados, Valdés no hizo referencia al episodio “trágico” como también lo calificó, sí se esmeró en enumerar una larga serie de medidas que tomará el actual gobierno; más armas, más móviles, más personal y olvidó quizás agregar, más crucifijos, por eso de que “a las armas las carga el diablo”.

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Sólo los hechos: el martes 07 de septiembre por la tarde policías dependientes de la comisaría tercera fueron alertados por una mujer a quien dos arrebatadores le quitaron una cadenita de oro, los uniformados iniciaron una persecución que los dejó en pleno Barrio Pio X, allí se cruzaron con dos jovencitos que hasta ahora no se sabe si eran los ladrones de la bijouterie de la señora, uno de los chicos empezó a correr y se refugió en la casa de un vecino pero ya estaba rodeado y al salir para entregarse fue cuando se escuchó la detonación de una escopeta calibre 12.70 (de gran poder de fuego).

Si bien la munición era de goma –no de plomo- el disparo fue a tan corta distancia que destruyó todas las arterias principales del cuello de Ezequiel que ese mismo día a las 23, dejó de existir en el Hospital Pediátrico Juan Pablo II.

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