sábado, 29 de enero de 2011

De actores y desánimo

“Tenemos que tener un mensaje positivo”, pidió ayer por la mañana el Gobernador tras inaugurar una estación distribuidora de energía -la tercera en tres días- y habló de “actores” y “desánimo”.

Ricardo Colombi usó su discurso oficial para transmitir a los correntinos sus miedos más íntimos: “Hay algunos actores que están tratando de prevalecer con el desánimo y esos actores son cómplices de cosas que ocurrieron en el pasado”, claro que de la identidad de los “actores” ni noticias por parte del Mandatario.

No especificó quiénes o qué sectores buscan, a su entender, bajar el estado de ánimo en la gente durante el receso estival.

Siguió en su tesitura y apuntó “a medios de comunicación con sus títulos” y “a la forma de publicar tratan de sacar rédito de alguna manera”. Pero tampoco aclaró qué tipo de “rédito” ni a qué títulos se refirió, aunque al decir “títulos” se estima que aludió a medios gráficos o virtuales. Y en esa línea retomó la solicitud hacia la ciudadanía: “No nos dejemos llevar por informaciones negativas, son cuestiones de ver y leer”, señaló en el papel de un editor.

Por último y casi apocalípticamente sentenció “la gente tiene que estar alerta...”, a qué, tampoco especificó pero se presupone como algo malo a ocurrir que no dio a conocer.

Tras su discurso el Gobernador se dirigió a varios ministros y en tono firme ordenó: “Esto es lo que tienen que repetir” les dijo en referencia al contenido de su oratoria, “¿entendieron?”, preguntó, y los colaboradores respondieron con gestos afirmativos.

Ya con la prensa repitió relativamente lo mismo que en su discurso oficial, anunció un encuentro para la semana próxima con el intendente Carlos “Camau” Espínola (PJ). Prometió en ese sentido interiorizarse sobre “los problemas que tiene la ciudad y ver la forma de solucionarlos”.

jueves, 20 de enero de 2011

Visitantes de redacciones

En las redacciones suelen aparecer todo tipo de personajes extravagantes. Viajeros en bicicletas o motocicletas que unen países y hasta continentes vaya uno a saber inspirados en qué, en viajes de Gulliver o el simple ocio que los embarca en ese espíritu aventurero.

No faltan los que van con alguna denuncia, una paliza de la policía a un muchacho o eternos problemas vecinales.

Pero en mí caso, hay uno o dos, sí, dos personajes que son habitúes de la redacción que integró hace apenas tres meses.

Políticos gastados de tanto reciclaje en el mundo vernáculo.

Hace poco tuve que atenderlos, un legislador y su ladero, ex funcionario provincial que ahora, tras muchos años de ostracismo, un buen ostracismo porque ocupó una dependencia durante el gobierno anterior al actual y su mayor esmero de gestión fue emplear a gran parte de su familia.

Ahora se dedica a su profesión de médico. Es decir, tuvo que volver a trabajar.

Estaba yo lidiando con una nota de política hasta que caen estos dos personajes, el ex funcionario detrás del legislador, lo que grafica bien quien lleva la voz cantante y mandante del dúo.

Tuvo que atenderlos y la gran nota que fueron a pedir como casi siempre, como siempre en realidad, es difundir una de las tantas reuniones políticas que dictan en esta bendita ciudad.

El legislador se sentó a mi lado, antes, al llegar me saludó estrechando tibia y desganadamente la mano. Casi como alcanzándomela, “al menos es honesto y expresa su falsedad”, pensé.

Detrás de él siempre el ex funcionario y ahora médico vuelto a trabajar de su profesión, bueno al menos eso intenta.

El legislador me dicta lo que debo escribir. Yo, fiel ciervo escribo garabatos en un papel y mi mente se va en las zapatillas del hacedor de leyes. Nunca lo vi en calzados deportivos, es una adidas, él sigue dictándome el inconmensurable trabajo político que lleva adelante.

Yo continúo con los garabatos, ahora miro su jeans, tampoco nunca lo observe con ese tipo de pantalones. “Debe ser la ropa de fajina”, pienso mientras lo sigo oyendo casi de lejos. El ex funcionario acompañador queda sentado atrás del legislador y que al cabo de retirarse me doy cuenta que acercó una silla y la dejó donde apoltronó sus flácidas sentaderas, no la devolvió al lugar de donde la movió.

Luego de unos minutos el señor legislador termina con su dictado. Dice “gracias” como quien dice al esclavo que deje bien limpio el establo. Antes de irse el dúo recuerda que deja un par de fotos. Correcto digo aliviado que la pareja de rapiñeros en favores está por abandonar mi lugar de trabajo.

Veo las fotos: un grupo de señoras obesas en silletas rodeadas de niños. Niños contrariamente flacos a las señoras, niños que votaran al menos dentro de 15 años. Una casa a medio construir y un tejido maltrecho denota que la instantánea se tomó en el patio de la casa.

Las señoras en hojotas y carnes repartidas en grandes volúmenes por todos lados sueltan tímidas risas para el flash de las polaroid, entre ellas saca su cabecita como si fuera un pez, el legislador y una sonrisa a flor de dientes. “Armale todo para que les duela un poquito”, dice cuando se está yendo.

“Les duela…” pienso. A quién, a las señoras sonrientes…a mí que debo manipular semejante ejercicio de banalismo. Ahhh…lo que pasa es que lo habrá dicho por sus adversarios políticos.

Seguramente tan ociosos como el par de visitantes a la redacción que tendrán tiempo de leer semejante rapto de trivialidad.

jueves, 13 de enero de 2011

Colombi teme “intromisión” de grupos kirchneristas en cuestiones provinciales

Un grupo de 70 integrantes del movimiento cooperativista Tupac Amaru, ligado al kirchnerismo chaqueño, desembarcaron el último lunes en la localidad de Santa Ana para solidarizarse con sus compañeros integrantes de tres emprendimientos en la localidad.

El hecho es más que curioso y dejó al descubierto la preocupación en la administración de Ricardo Colombi (UCR) sobre la llegada a territorio provincial de agrupaciones del peronismo K.
Los miembros de Tupac Maru se retiraron del pequeño poblado ya en la madrugada del día siguiente (martes) y cuando estaban saliendo de Santa Ana, fueron sorprendidos por un grupo de asalto (elite) de la policía correntina.

El micro en el que se trasladaban fue interceptado y orillado en la ruta. “Nos pedían documentación del vehículo y que bajáramos del rodado a lo que nos negamos”, contó Luis Banegas, cacique Mocoví y titular de la agrupación.

La situación no pasó a mayores pero los Tupac Maru se vieron intimidados ante el despliegue policial, carros de asalto, armas largas y perros ladrando alrededor del ómnibus.
“Llamamos a gente conocida que tenemos en el ministerio del Interior porque nos asustamos, nosotros no estábamos haciendo nada, nos retirábamos después de pasar un día con nuestros compañeros”, explicó Banegas.

Pero la cuestión es más de fondo, indirectamente tiene que ver con el conflicto político en la comuna gobernada por la radical Ana María Escalante (UCR) a quien se le sigue un juicio político por falta de rendición de gastos en obras públicas.

Resulta que la abogada María del Carmen Galarza de Calvano, es representante jurídica de los concejales que llevan el proceso contra Escalante y además, también organiza las tres cooperativas en Santa Ana que son “gemelas” a las que poseen los Tupac Amaru en todo el interior y capital del Chaco.

Por eso las usinas oficiales del gobierno provincial sospecharon que los manifestantes de la vecina orilla, fueron “llevados” para poner presión a la investigada intendente Escalante durante la sesión donde se debía escuchar su defensa. Algo que no ocurrió ante la inasistencia de la alcalde.

Matriz y confirmación

La génesis del grupo que el lunes a la tarde arribó a Santa Ana está en la dirigente jujeña Milagros Salas, fundadora de esa agrupación en la norteña provincia y que con el respaldo del gobierno nacional logró crear diferentes sedes en todo el país.

En Santa Ana por ejemplo su contacto local es la abogada Calvano quien administra las tres cooperativas locales.

A su vez, la prensa confirmó por fuentes policiales que el operativo nocturno para detener a los Tupac Amaru existió y que la advertencia de no regresar más a Corrientes también, ya que los habían dejado seguir viaje a Chaco sólo con esa condición.

La agrupación a nivel nacional está tildada como grupo de choque del kirchnerismo, aunque en Santa Ana no se registraron ningún tipo de incidentes.

Sin embargo, ante la duda el gobierno correntino activó los mecanismos de se seguridad e intimidación, demostrando una vez más que su enemigo político confeso es el peronismos de corte kirchenista en este caso.

lunes, 10 de enero de 2011

Arrebatos de celulares, casi una delicadeza

Hipólito Yrigoyen y Brasil. Diez y media de la noche y mucha gente caminando, aprontándose para una buena noche sabatina.

Sobre la vereda de Yrigoyen una pareja de adolescentes camina acompasadamente, el muchacho habla por celular, la chica va de su brazo mirando los autos pasar, no presta atención a lo que habla su novio, distrae la vista en la calle y transeúntes.

Desde atrás sigilosamente casi inadvertido un pequeño motociclista –sobre la calzada- se adelanta por la derecha, lado donde el adolescente sostiene el teléfono móvil, con sutileza desplaza su mano izquierda y toma el celular. Acelera lentamente el rodado, baja de la vereda por la rampa destinada a discapacitados y se pierde en el fondo de la calle Brasil. A lo lejos se ve diminuto el punto luminoso de la luz trasera de la moto.

Los adolescentes, pasan varios segundos y no comprenden qué ocurrió. El chico se lleva las manos a la cabeza, ríe nerviosamente y entonces comprende que le acaban de robar el móvil. Su novia, ahora concentrada en los gestos del joven lo mira fijamente, a su alrededor todo sigue como si nada haya pasado. La gente continúa yendo y viniendo.

En realidad todo ocurrió en medio segundo, inadvertidamente ante los ojos de cualquier peatón.

Este hecho ocurrió alrededor de las 22.30 del pasado sábado en la intersección de las calles mencionadas más arriba. Intenta mostrar la “sagacidad” y “delicadeza” en los arrebatadores de teléfonos que por lo general no actúan tan decorosamente.

La mejor prevención: hablar cuando se está en un lugar cerrado.

martes, 4 de enero de 2011

Una tormenta en la ruta, un coche de bebé y un pequeño cementerio

Un viaje de los tantos tras una larga jornada periodística. Esta vez, segunda incursión al interior provincial para el diario, de Goya a Corrientes a eso de las nueve y pico de la noche.

Una lluvia intermitente que a la altura de Lavalle y Santa Lucía sobre la ruta provincial 27 se hacía por momentos intensa. Esa forma de precipitación a baldazos como si alguien se esmerara en limpiar baldosas desde las nubes.

Junto al chofer en la butaca del acompañante iba el fotógrafo, David, ambos intercambiaban recuerdos de eternas noches bailanteras a medida que la radio saltaba de una cumbia a otra. Canciones de varios años atrás y algún que otro hit de estos tiempos en versión cumbia villera.

Pasando Bella Vista, unos diez kilómetros siempre en dirección de Goya hacia Corrientes, no caían más que gotas y un camión a distancia prudencial empezó a cambiarse de carril. Se pasaba de su andarivel hacia el nuestro hasta que el conductor del móvil perteneciente al periódico, tuvo que volantear a su derecha para esquivar al pesado transporte. De no hacer la maniobra hubiese embestido al vehículo del diario y difícilmente yo habría podido escribir esta historia, salvo algún milagro de esos que suelen pasar en accidentes ruteros, mal llamados “tragedias con suerte”.

El cruce entre ambos rodados fue veloz, casi instantáneo y allí se dio el descubrimiento. Un cochecito de bebé tirado a la vera de la ruta, destrozado, desperdigado sobre la el asfalto.

Casi dos minutos de silencio y fue el reportero quien se animó a preguntar lo que todos vimos e imaginamos. Yo pedí para dar media vuelta y fuéramos a ver qué era. “Si es una criatura yo no bajo”, sentenció el conductor.

La noche estaba muy oscura, más de lo que se veía desde el interior del automóvil. Cuando llegamos al lugar efectivamente había un cochecito para recién nacido esparcido sobre la ruta. Pero era de juguete, esos que se compran para las nenas. Todavía recuerdo lo que le dije a David cuando estaba a punto de bajar, “bajá con tu cámara”, alimentando el morbo innato de periodista ante la posibilidad de encontrar algún cadáver en la zona. Aún me sorprende la reacción pero de última no estaba errado porque si volvimos tras el paso del camión, fue porque pensamos que algo ocurrió y mucho más aún, intuíamos por suerte equivocadamente, que hallaríamos un niño. Guiados por el changuito de bebé que divisamos al pasar.

Dimos otro giro para regresar a la cinta asfáltica y allí fue, ayudados por los faros del coche un descubrimiento que terminó de completar la escena de aquella desapacible noche.

En sentido recto, hacia el campo, a unos veinte metros de donde estaba tirado el juguete, un cementerio de pequeñas proporciones parecía una ciudad enana. Diminuta necrópolis de las que aún se utilizan en zonas rurales para sepultar familias a lo largo de los años. Panteones de casi un metro de alto y tumbas con losas sostenidas por muritos de cincuenta centímetros de altura.