lunes, 25 de febrero de 2013

Muertos. Tan cerca, tan lejos


El viernes 22 de febrero los tabloides locales se esmeraron en dar grandes espacios a fotografías de la manifestación en Capital Federal al cumplirse un año de la llamada “tragedia de Once”, el descarrilamiento de una formación ferroviaria que terminó con la vida de 51 personas y centenares de heridos que aún hoy se rehabilitan física y psíquicamente.
Curioso, si se quiere llamarlo así, pero los diarios correntinos no mencionaron en sus tapas, salvo excepciones, que ese mismo día hubo una marcha sobre la Peatonal Junín de familiares de los ocho jóvenes obreros muertos en el derrumbe de San Martín al 600. También ese día, el 22 de febrero dicho episodio cumplió once meses y tal cual el de Once, la estación ferroviaria, está impune. Sin ningún responsable civil y penal.

Parece como un tétrico juego de números escritos con letrras. Tragedia de once, cincuenta y un muertos, once meses del derrumbe de San Martín al seiscientos. Ocho muertos.

Qué muertos valen más recordar. Los que están lejos como los de la estación ferroviaria porteña. Por qué no se recuerdan a muertos locales. Al trabajador atropellado por el hijo del cantor Mario Bofill nadie lo recuerda. El padre del muchacho en cambio va por una jubilación asegurada, quiere una banca en el Senado provincial.

 Al hombre asesinado en la comisaría de San Lorenzo ¿lo recuerdan?

Por qué recordamos cosas lejanas y no cercanas. Se acuerdan de Santiago Prado, quien se suicidó de dos disparos horas ante de asumir como intendente en Mercedes en 2001. ¿Alguien lo recuerda? ¿A Hernán González Moreno le cuentan los aniversarios de su suicidio en el campo?

Que raro esto de los muertos porque algunos por más que no los recuerden y los quieran enterrar en el olvido, siguen hablando a pesar de no estar ni tan cerca, ni tan lejos.

FOTO: Pablinho. Diario NORTE de Corrientes

miércoles, 20 de febrero de 2013

Los Cenadores


No fueron los dos personajes locales que intentan emular, más grasamente que la propia estrella de los almuerzos, Mirtha Legrand, los protagonistas de una curiosa cámara escondida que captó la cena de un grupo de comunicadores con el intendente capitalino, Carlos Espínola y ahora postulante oficial a la gobernación por el PJ.

Ubicada dentro de un automóvil la lente captó el ingreso de los comensales al local gastronómico, uno por uno, como en las películas de policías cuando siguen o “vigilan” a sospechosos. Subido al youtube, muy bien editado con leyendas que informaban el nombre de cada uno de los comunicadores en cuestión, aunque después se comprobó que no todos salieron en las imágenes, parecía simpático. Burlón por exhibir a los cenadores y cenadoras circunstanciales muy frágiles.

Como que cada uno fue a buscar partituras de lo que debería decir ante el guionista también circunstancial que en este caso es el intendente de la capital.

Extraño revuelo el acontecido en la comarca. Todos opinando a favor y en contra del ágape nocturno acontecido el pasado lunes en un conocido restaurante de la ciudad.
Muchos de los que hablaron a favor o en contra –lo dice quien fue alguna vez exégeta de esa burbuja llamada poder- participaron de opíparos similares y si no, se mueren por que los inviten. Otros tantos pasan la gorra a funcionarios de los poderes Ejecutivo, Judicial y legisladores. Perciben en mayor o menor medida pautas de las administraciones provincial, comunal y de municipios de interior.

Tanto escándalo por una comida. O qué es peor. ¿Cuándo llaman y dictan los títulos de tapa de los diarios. Lo que se va a decir en las radios? Qué es reptar más, ir a comer con funcionarios de turno o escucharlos a que entreguen los guiones oficiales todos los días.

Algo que en este espacio se reprodujo meses atrás en oportunidad de una “nota” con el gobernador Ricardo Colombi en la que todos los diarios reprodujeron exactamente lo mismo. Con el agravante de que sus periodistas enviados para tal misión fueron tímidos a la hora de preguntar. Se limitaron después a reproducir, algo muy similar como a desgrabar, las respuestas dadas por el mandatario provincial.

Lo de la cena del pasado domingo es como la bigamia. Todos saben que existe, que pasa, pero nadie se espanta hasta que lo veo con sus propios ojos.

P/D: quién o quiénes tienen logística para andar grabando encuentros nocturnos. Y para qué lo hacen.  ¿Alguien le preguntará al poder?

miércoles, 13 de febrero de 2013

Los editores tienen un problema


En días como los de hoy cuando una de las facciones en pugna hace un gran anuncio como el de asegurar el boleto de transporte público de pasajeros gratis en la capital de la provincia, principal distrito electoral, rápidamente se mira a la otra facción a ver cuánto tarda en recoger el guante o contrarrestar tal grandilocuente anuncio con otro de mayor tenor. Algo que en lo vulgar se mediría por quién la tiene más larga.

Comunicacionalmente la cuestión pone en una disyuntiva a los editores de la constelación mediática correntina. El intendente Carlos Espínola (PJ) comparte esa vía láctea con su adversario político el gobernador Ricardo Colombi (UCR), los medios les reparten en idéntica cantidad de tapas, páginas y minutos en radio y tv, para ambos.
Una extraña manera de caminar sobre el filo de una navaja sin terminar rebanado en sendos trozos.

Pero lo de hoy sacudió a todos. Por la simultaneidad los portales que buscan ser de noticias mantuvieron sus “informaciones” oficiales del gobierno provincial. Pero fue inútil. Quedaron eclipsadas al lado de semejante golpe de efecto dado por el joven alcalde de la aldea mayor provincial.

Solamente algunos. Los más osados intentaron crear el juego de las escondidas y rápidamente hicieron visible imaginariamente al gobernador. Pusieron que el mandatario viajó a la Capital Federal y que traería novedades muy importantes para la comarca. Tal cual un sátrapa yendo a la capital del Imperio en busca de soluciones que él mismo no las pudo o no las quiso dar.

¿No será mucho? Un viaje de esas características mostrarlo como gran gestión. O quedaron enredados en el dilema de los editores equilibristas sobre el filo de la navaja, publicitar a solamente uno de los gigantes en pugna ocasionaría serios daños "editoriales" a la firma periodística.
Llegaron, en ese afán de hacerlos aparecer todos los días en los medios, gastarse una semana avisando que el gobernador arribaría de su descanso veraniego como si eso fuera noticia. ¿Lo es?...quizás. Obviaron decir que el hombre veraneó en las costas uruguayas de un poblado cuyo nombre remite al de una especie de ave.
Es que al hombre no le gusta que divulguen sus paseos por el extranjero porque él suele usar esa información como chicana contra sus oponentes.

Este miércoles sí será un problema dividir en espacios iguales esas tapas, esos minutos de tv y de radio. Agazapados esperan el guión que viene del otro lado. De ese que se llama poder.   

P/D: el impacto que tuvo la noticia del boleto gratis estudiantil desde marzo próximo en las redes sociales ¿Cómo lo evaluará ahora el señor gobernador? Dirá que sirven esas herramientas virtuales para comunicar como lo hizo con la Fiesta Nacional del Chamamé o volverá a su pensamiento primitivo hecho público en la convención radical a comienzos de octubre de 2012: “Acá no vivimos en la Capital Federal y no nos manejamos ni con Twitter, ni Factbook, ni con la puta madre que lo parió”

martes, 5 de febrero de 2013

De apresuramiento político y carnaval


Lo bueno de los años es la sabiduría, la pérdida de miedos como el de las alturas o la de volar. En eso andaba el Gobernador de la Provincia cuando este sábado por la noche, a bordo del helicóptero oficial, arribó al flamante corsódromo capitalino para cortar cintas y ponderar su gestión basada en dos aristas importantes: el apresuramiento en inaugurar la obra pública sin terminar y la invitación al sector privado para hacer negocios sobre los cimientos de fastuosos emprendimientos hechos con dinero estatal. "Ésta es la primera etapa", dijo Ricardo Colombi rodeado de lentejuelas y purpurina para discurrir después en frases hechas como el afianzamiento del turismo local y la de anuncios sobre la concreción de un velódromo a metros del predio carnavalero.

Las obras del corsódromo no están terminadas y ahora es oficial, la admisión del mandatario provincial abrió un signo de pregunta sobre cómo seguirán los trabajos en la zona del Perichón, con la construcción de tribunas de cemento y obras complementarias, y si lo que falta será hecho por el Estado o por privados, sector al que el mandatario suele esmerarse en cuidar y seducir. Pero el secreto sigue indemne, los costos y quién o quiénes llevaron adelante el emprendimiento, no se saben; tal información anida en las catacumbas del poder, celosamente cuidada para que no emerja a la luz pública. Se habla, porque no es oficial, que el costo final trepará a unos 55 millones de pesos, pero sin saber la identidad de las empresas constructoras que avanzarán con la edificación de lo que resta. En su momento fue el Invico quien monitoreó los trabajos y luego el ente autárquico fue echado a un lado para dar paso a firmas de las que se desconoce la procedencia en la esfera pública.

Es una gran paso que el carnaval correntino tenga su escenario propio. Un salto cualitativo, si es que realmente se quiere dar vuelo como espectáculo de nivel al corso autóctono, el que perdió ante otras plazas en la región, por caso, el de Gualeguaychú. Pero habla bien de la institucionalidad de la Provincia que los números públicos se conozcan y por sobre todo que la obra pública sea bien hecha y no abdique ante una lluvia o un viento, producto del apresuramiento de los funcionarios a cortar cintas ante la llegada de fechas electorales.

El viaje en helicóptero de Colombi en la noche sabatina quizás radique en la demora que le hubiese ocasionado al Gobernador, como al público, el caos vehicular en el acceso al flamante predio del carnaval. Un detalle que desnuda esa rapidez y a veces hasta desidia a la hora de entregar obras públicas apuradas para la foto oficial. Se pueden citar en ese tren, al pavimento oficial sin distinciones: de la Provincia, Municipio y la Nación, que al cabo de meses de terminados se convierten en escombros. La falta de organismos de control que fueron creados por la Constitución Provincial tras la reforma de 2007 ayuda a mejorar la calidad institucional y a evitar los manejos propios de un Macondo donde la que manda es una sola voz. Pero ninguno de esos estamentos fueron activados en los últimos años; de funcionar, quizás se sabría a ciencia cierta cuánto les costó a todos los correntinos y correntinas la emblemática obra para la fiesta de las plumas y lentejuelas.

Además de la alegría que da el carnaval, cuidar la transparencia y legalidad de los actos de Gobierno también es saludable a la vida de los contribuyentes.
Colombi, con su rancio estilo, se quejó en la velada del sábado último que medios durante la semana pasada hayan divulgado todas las falencias del corsódromo y sus alrededores, las formas de llegar y el paupérrimo estado de caminos zonales para el ingreso y egreso del lugar. Se trata de contar las cosas que están hechas a medias o ni siquiera están hechas, lo bueno por decantación; la gente, el electorado, sabrá premiarlo o no. El Gobernador con tantos años de arena política debería entender esa ecuación matemática en la política, pero cuando la realidad es mirada por espejos donde todo es a pedir del interesado, esa visión se puede narcotizar y eyectarse de lo real.