sábado, 10 de febrero de 2018

Sí lo soñé


El momento más crítico fue cuando salí del departamento. Estaban todos los familiares de ella en una frenética planificación. En realidad sólo quedaba ajustar detalles. Creo que estaba nublado. No lo sé, me sentía tan mal. Estimo que volví a sentir angustia. Esa sensación de que te aprietan el pecho. Una fuerza abrumadora te contrae la tráquea como si la llevara hasta la columna vertebral.

Apoyado sobre el pilar del medidor de energía, sobre la vereda, a mis espaldas la silueta monstruosa del edificio y desde el balcón escuchaba la charla y las risas. Algunos ruidos de copas. Otro brindis por los novios. A lo lejos el hermano, mi cuñado, que ya iba por la segunda botella de vino.
Yo estaba ahí, herido, angustiado y frágil sin saber bien qué había pasado. Por qué me encontraba a punto de unir mi vida con alguien y no tenía a nadie de mi familia para invitar. Los había dejado de tratar hace tiempo. Con algunos de mis hermanos incluso cargaba varios años sin hablar.

Vuelvo hacia atrás. La primera vez que nos besamos. Su cabello rubio, su belleza y su voz. La cadencia de su voz era lo que me había vencido aquella tarde en el parque. Pero no puedo avanzar en los recuerdos. Regreso de inmediato a la mesa grande que está a mis espaldas con la madre y los hermanos de ella. Todos felices por la unión, por la nueva vida que se viene y yo sintiéndome un paria. Un verdadero desalmando en esta vereda desierta de otoño. A caso llegó la hora y no es lo que quiero. Está por ocurrir lo que nunca quise. Contra lo que siempre luché. Sí, en esos términos bélicos.

Me siento raro, ahora como con un malestar físico un vaho está a punto de salirme por la boca y aparece la imagen de mi madre. Sentada en el patio de su casa tomando mate, lleva puesto uno de sus tradiciones batones de abuela. Me siento aún más perturbado porque vuelvo a la planifación de la fiesta nupcial y no sé si al menos ella estará invitada para la gran noche.

Siento una especie de ardor en la boca. Lado izquierdo superior. Es donde me hicieron la extracción de muela. Me incorporo en la cama, es sábado 07:20 y enumero todas las mundanidades que debo hacer.

Soñé que me casaba y no tenía familia a quien invitar, es lo que pienso. El jueves que viene lo hablaré con Peruzzi (analista) y dibujo una mueca mientras espero por el agua caliente para el café.

Corrientes 10 de Febrero 2018. 12:05