domingo, 10 de junio de 2018

A Marina no le gustaba el che



A Marina no le gustaba el che. Le gustaba el cine. Un poco las chicas y bastante irse a ninguna parte.

A mí ella me gusta desde su nombre hasta su cuerpo. ¿A caso se pusieron a pensar por qué te puede gustar una persona por su nombre?



Marina, sí. Desde aquel amanecer que no nos vimos más. Aquella vez que soltó una lágrima porque al fin le dije lo que sentía.
Sin embargo Marina luego fue implacable con su indiferencia y de golpe, sin secuencia alguna, se convirtió en un recuerdo que desde entonces boxea con el olvido.

A Marina le gustan las danzas de cuerdas. Ahora la veo decirme desde el fondo de los años, sentada aquella vez en el patio de la casa de té: “No  hay nada que no me guste de vos. Pero detesto cuando decís che”. A partir de esa imagen, Marina se desvanece con idéntica intensidad a la de aquellos besos.
Los besos que Marina por unas horas me dio.

Resistencia (Chaco) 11:40. 07 de Junio 2018

sábado, 2 de junio de 2018

Blues


Hay como una metáfora en esas medias en red. Son como los laberintos de mi vida. De lo que fue mi vida con ella. Idas y vueltas. Contradicciones. Amor. Decepción. Algo de odio por momentos. Regresos, partidas, viajes, sexo, sosiego, risas, llantos, pero nada de olvido.



El olvido sigue siendo un misterio a resolver. La humanidad aún no logra descifrarlo. Hablan de olvidar cosas pero para hacerlo, primero lo recuerdan.

Tan hermosa en esa butaca veo su perfil. Las piernas cruzadas, los cortes a la altura de las rodillas en el jeans negro. La pintura en los labios, los ojos como un pez. Todo eso sería mí patria es lo que pienso y entonces vuelvo a las sesiones de análisis y recuerdo lo de: apátrida, extranjero. Mis problemas con la falta de pertenencia y mi fantasía de estar siempre yéndome a ninguna parte.

Esa noche, ésta noche, cerca de ella sentí pertenencia. Sensación despertada hace poco y que se torna abrumadora. Pertenecer a algo en el sentido amplio de la existencia quizás sea como encontrar sentido a las cosas. Como las cosas que quiero decirle pero reprimo cada vez con menos ímpetu. Esa absurda idea de querer torcer el fucking destino de la vida.

A todo esto en el escenario del teatro un imbécil destruye Desconfío. Ojalá luego vayamos a cenar me esperanzo.

Corrientes 2 de Junio 13:38. Otoño

Un viejo blues me hizo recordar, momentos de mi vida. Pappo