domingo, 12 de agosto de 2018

Solo en cines (de la aldea)


Sábado a pleno en este duro invierno. La función es a las 19:30. La película, El Ángel, dirigida por Luis Ortega.
Una pequeña fila con público variado aguarda para ingresar: jóvenes, adultos y adultos mayores.



El primer cimbronazo llega con los $180 de costo  en la entrada. Abrigo pequeñas esperanzas al filme que contó con una amplia promoción (paso por Cannes, Abril pasado) en las últimas semanas. Una vuelta por los sanitarios y a las 19:20 enfilo a la sala N° 2. Me ubico en el sector alto, frente a la pantalla y empiezan los avisos. Un alivio, no hay tanta gente muñida de alimentos. Otro síntoma de la crisis argentina que en este caso ayudará a disfrutar la película sin succiones de gaseosas ni engullidos de pororó. Un señor y señora de alrededor de cincuenta años se ubican a mi lado y ocurre el segundo estoque.

Tras los avisos aparece en pantalla el tráiler de El Ángel: ¿raro no? Que te pasen el aviso de la película que vas a ver en pocos minutos.
Llega la apertura de “Universal” con la típica imagen de las estrellas girando alrededor de un pico nevado de una típica montaña norteamericana. Y finalmente en imagen se lo ve a Tom Cruise en la escena inicial de lo que es Misión Imposible: Repercusión.
Increíble, por unos segundos pienso que equivoqué la sala pero no me parece. Busco el ticket en la oscuridad y no lo puedo encontrar. Hay un leve murmullo, un joven baja corriendo y regresa a los segundos. “Ya les avisé. Ya cambian”, dice mientras se acomoda en su asiento.

Fue sólo el inicio de una noche de tropiezos. La película agota. Parece un videoclip eterno de casi dos horas. Densidad en lo musical con clásicos del rock argentino de finales de los ’70.
Lenta en el relato del guión, tanta parsimonia que a la hora y media imploras que llegue el final. Sus protagonistas (Lorenzo Ferro; Ricardo Darin –hijo-) por momentos logran llevar la atención a puntos altos pero después el tobogán de la película vuelve a hundirte en el asiento. Mercedes Moran; Daniel Fanego y Cecilia Roth juegan con pelota dominada. El dominio que da la experiencia y calidad de buenos actores.

Al cabo de casi dos horas el filme llega a su fin. La escena final además de ser trillada es copia de otras películas.

Salgo y la temperatura bajó considerablemente. Apuro el paso para entrar en calor hasta llegar a un local de comidas. Pido una milanesa chica con papas fritas. El envase es una caja rectangular similar a la de las pizzas y pienso que semejante packaging debe ser parte de la estrategia comercial.
Una vez en casa cuando abro la caja veo que la exageración no sólo estaba en la presentación. Hay dos milanesas enormes que carecen de al menos una rodaja de limón. Recuerdo al Presidente tratando de vender ese producto al imperio estadounidense. También recuerdo el error de película en la sala, la cadencia del filme. Abro un Malbec y me zambullo en Netflix. Fin de sábado.

Domingo 12 de Agosto 11:27. Corrientes.