martes, 28 de septiembre de 2010

Ernesto Sábato y los recortes de diario que cargaba

Una anécdota histórica cuenta que el escritor argentino tenía la manía de llevar a cuestas, artículos de periódicos que daban una buena crítica al creador de ‘Sobre héroes y tumbas’, en contraposición odiaba los comentarios que le adjudicaban reproches a sus obras. Aquí la secuencia de alguna noche porteña donde el exiguo autor se encontró con nuestro informante, quien por cuestiones obvias, evitaremos mencionar con nombre propio.

Equis (el que develó esta curiosa anécdota) iba por Florida muy cerca de Callao en compañía de su esposa, era sábado y la ciudad de Buenos Aires estaba plena, como novia adolescente a la espera de su enamorado.

La idea era muy simple, equis –devenido en nuestro informante sin querer- se dirigía a un cine pero era temprano para la función, entonces junto a su compañera, decidió entrar a un café y esperar a que llegara la hora de ingreso a la sala.

Allí fue cuando se encontró con Ernesto Sábado y su esposa Matilde, transeúntes circunstanciales por la zona, como el cuarteto era amigo, decidieron compartir el café.

Tras los saludos protocolares y rutinarios, Sábato no anduvo con vueltas, se metió una mano en uno de los bolsillos internos del saco y exhibió los recortes: “Mire lo que dicen de mi en Alemania”, le dijo a equis bastante sorprendido por la acción del escritor argentino.

Equis sonrió, jugó con los recortes llevándolos de una mano a otra y atinó a contemporizar que si bien había editado un libro en alemán, desconocía por completo la lengua germana.

Sábato entonces ofició de intérprete haciendo que leía los artículos, descargaban buenas críticas y loas a los libros del ahora casi centenario autor de ‘El Túnel’.

Resulta que el hecho, lo de los recortes, se dio a meses de haber salido a la venta ‘Rayuela’ de Julio Cortázar, la que había roto con todos los cánones contemporáneos de la época. Y muchos trazaban paralelismos entre los libros cumbres de Don Sábato y el prometedor joven, lo que hundía una daga en lo más profundo del ego sabatiano.

Muchos años después y para desmitificar esa especie de torre de babel egocéntrica que habitaba en el, Sábato declaró a la prensa que había incinerado todas sus obras, como forma de autoflagelación.

“Si hubiese quemado todos sus libros, Santos Lugares hubiese quedado reducida a cenizas”, confiesa equis tras contar la anécdota de los recortes, calificó a Sábato después como un “gran constructor de personajes” y que su etapa floreciente como escritor fueron ‘Sobre héroes y tumbas’ y ‘El Túnel’.

Luego, “es como si el personaje de escritor, en todo lo que se convirtió Sábado como nombre en sí, se haya comido a las demás obras que no fueron muy buenas, creo eso, lo de haberse comido el personaje al propio Sábato es lo que quedará de el”, concluyó el informante.

Suele pasar que los artistas con los años empiezan a caminar sobre las arenas movedizas de sus egos. Dicen que es una condición casi innata de los virtuosos en el arte.-

***

* Equis es también escritor, contemporáneo de Ernesto Sábato, como lo conoce es preferible mantenerlo en el anonimato así conserva la relación. Reveló la anécdota al ser consultado qué opinaba del autor del 'Túnel'.-

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