El precandidato a Diputado nacional del sector escindido del
liberalismo, Emilio Lanari, postulante de
Encuentro Liberal conocido por la
sigla Eli, anoche al filo del cierre de campaña rumbo a las Primarias del
domingo, proclamó: “Haciendo una campaña austera, más que nada con el boca a
boca y con el apoyo de la gente. Y yo solamente he recibido apoyo, adhesiones,
fuerza, y aliento. Y la verdad es que estoy muy contento”.
La esperanza blanca del liberalismo sin sello, por ahora, de
lograr un espacio y poder competir en los comicios generales de octubre venidero
por un escaño en
Que tarea loable. ¿Antes cómo hacían entonces? Con todos
esos recursos lograban mejor performance. Nada mejor que la sinceridad en
tiempos de campaña proselitista.
El mismo candidato anduvo de caminata el pasado domingo por la Costanera Sur y entre tantos
saludos a la correntinidad que para vitar el síndrome del ocaso dominguero,
matea a la vera del Paraná, consignó el parte de prensa que el candidato
“saludó a una trabajadora” y: "El Dr Lanari explicó sus propuestas como
candidato a Diputado Nacional a la gente común".
El médico y dirigente del Club Regatas debe ser el único de
todos los postulantes a las Paso que tiene coherencia a pruebas de archivos. O
quizás en realidad justificación antes del fracaso electoral en las urnas del
domingo.
¿Sabes lo que cuesta hacer una campaña sin vales de nafta,
ni bolsitas de mercadería y sin plata para los que van a votar?
La verdad, debe ser un ejercicio titánico. Casi tanto como
luchar contra molinos de viento.
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