lunes, 4 de octubre de 2010

Ese viejo rocket llamado Andrés

El cantante Andrés Calamaro colmó el anfiteatro Cocomarola como pocos artistas lo hicieron en los últimos años, demostró así una convocatoria pocas veces vista en el nordeste y para agradecer tanta demostración de afecto dijo: “Mick Jagger cuando duerme sueña con un público como ustedes”.

Cosa rara, si bien Corrientes en al menos los dos últimos años se convirtió en una apetecible plaza de eventos artísticos y show, las entradas para verlo a Andrés Calamaro eran elevadas a comparación de otros cantantes o grupos de su nivel: de 300, 150 y 100 pesos, fueron los costos de las localidades para el Anfiteatro Mario del Tránsito Cocomarola.

Sin embargo algo jugó a favor de los organizadores –nuevos en el rubro espectáculos- “el salmón” hacía una docena de años que no pisaba Corrientes, la última vez lo hizo con la presentación de Alta Suciedad, emblemático disco de éxitos calamarescos.

Y así fue como este último sábado Calamaro y su contundente banda volvieron a estar sobre el escenario del Cocomarola, a quien el cantante varias veces hizo referencia durante el recital. “El padre de la música litoraleña”, dijo sobre el taita del chamamé, Mario del Tránsito Cocomarola.

Con un cálculo ocular a simple vista el anfiteatro llenó sus diez mil localidades y con letreros luminosos de la década del ’80, y la leyenda del nuevo disco ‘On The Rock’, Don Andrés salió a escena un par de minutos antes de las 22.

Con estampa de rocket y sobreactuaciones al estilo Calamaro, el cantante arrancó con un par de canciones de la nueva placa, desconocidas para el heterogéneo público, algo que después agradeció justamente por eso, al ser ignotas la gente se limitó a escucharlas en silencio.

Pero como siempre pasa, “una que sepamos todos”, llegaron los clásicos Paloma, Todavía una de amor (letra de Joaquín Sabina), Flaca, Alta Suciedad, y Crímenes Perfectos entre otros. Sumados a los himnos del corazón como ser Mil Horas y Costumbres Argentinas, fueron parte de una batería de canciones nostálgicas de los ochenta y comienzos de los noventa.

También un poco de Río Manso, la legendaria polquita chamamecera con rasgueado y Volver, ayudado con una especie de telepronter ubicado en uno de los monitores de sonido el cantante carraspeo la letra tanguera.

Así es Calamaro, uno de los pocos compositores que sobreviven a esa excelente caterva de exiguos músicos populares argentinos florecidos en los ’80. Por eso es ese viejo Rocket llamado Andrés y lo del pasado sábado dos octubre en Corrientes, fue Rock.

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Comentario: Al promediar el show, durante un breve intervalo entre una canción y otra, el cantante habló sobre los aromas que olfateaba desde el escenario: “Hasta ahora no me llega olor a porro, me llega olor a asado, cómo cambiaron los tiempos”, dijo y tras un par de segundos rápidamente aclaró, “es un comentario ehh…no una apología”.

Andrés Calamaro enfrentó a comienzos de la década del ’90 un juicio por supuesta apología al consumo de estupefacientes, durante un recital en La Plata (Buenos Aires), la causa duró once años tras lo cual fue sobreseído al entender los jueces que no hubo delito, sí “inconveniencia” en los dichos del cantante.

1 comentario:

  1. "Mick Jagger cuando duerme sueña con un público como ustedes", esas fueron las textuales palabras de don Andrés-.

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