jueves, 26 de septiembre de 2013

Lo que votó el "antikirchnerismo" local

Las filosas garras del aparato estatal reelegido hace dos semanas no dejan de mostrar su voracidad.
Resguardado por el relato oficial: el incidente entre el gobernador Ricardo Colombi con una mujer de 27 años en Mercedes, pago natal del mandatario provincial no deja de mostrar qué es lo que votó la autodenominada clase media local. Aglutinada en centenares de miles de empleados públicos cuya máxima conquista proletaria es renovar el automóvil una vez al año e ir a veranear a playas del sur brasileño. Dichas bahías parecieran ser que estuvieran en el exterior y no en un país vecino. Quizás esa es la idea.

El zamarreo al que sometió el propio gobernador a Flavia Miérez ante los adjudicatarios que habían recibido una vivienda el pasado lunes en un barrio de Mercedes, es lo que votaron los antikirchnerista locales. El titular del Ejecutivo con la acción intentó que los reclamos no se oigan y luego delegó en su custodia la tarea final de reducir a la mujer que además de estar indignada por no poder acceder a un inmueble, está embarazada de ocho meses.

De eso se trata el voto de quince días atrás, la preferencia de que las tropelías sean hechas por políticos nativos y no foráneos. Miérez reclamó por qué no se le había entregado una casa luego de haber hecho los trámites previos con la particularidad que posee un hijo discapacitado, supuestamente las familias con un integrante de esas condiciones, tiene prioridad ante el universo de familias que pugnan por un derecho constitucional. Acceder a un inmueble digno para lo cual el Estado debería arbitrar las medidas necesarias. El Estado claro, no el macondo que es Corrientes y mucho más Mercedes donde cualquier reclamante termina por alguna razón en la comisaría local. El caso de Miérez no es aislado.

Un productor y ex dirigente rural mercedeño, Blas Ferrando, acérrimo crítico del gobernador, tuvo el mismo destino final un mes y medio atrás. Fue porque ofició de guía local a unos periodistas que indagaban sobre inmuebles y negocios ligados al ex intendente local, actual mandatario provincial reelecto.

¿Misoginia? También a fines de junio pasado un grupo de mujeres fueron reprimidas, balas de goma, palos y golpes, por la policía provincial y su tropa elite llamada “policía de alto riesgo”, especializada en grandes operaciones como disolver protestas callejeras. El episodio ocurrió a metros de la explanada del puente interprovincial Manuel Blegrano, en pleno mediodía. Esa vez también el reclamo fue por viviendas, lo curioso es que en la mayoría de los casos la gente que reclama posee ingresos económicos medios para abonar mensualmente la cuota del inmueble. Pero las pocas casas que construye el Invico, en algún tiempo y recursos que le sobre, porque en el medio instala parquet en canchas de básquet, son distribuidas según la cara del cliente. Punteros y dirigentes de base son los que arman las listas de entrega.

Otro caso fue el que ocurrió en Monte Caseros donde el gobierno municipal de la sureña ciudad tuvo que ir a la Justicia para que el 10% de las casas que deben quedar para gente de escasos recursos económicos disponga de esas viviendas, le sea respetado. Con un fallo a favor de la comuna, el gobierno provincial de igual manera avanzó con las adjudicaciones a gusto y paladar.
Días atrás de nuevo la Justicia volvió a exigir tanto a los estados municipal (capitalino) y provincial que otorguen una casa a una madre cuyo hijo es discapacitado y el no tener un ambiente acorde donde vivir, le dificulta aún más su desarrollo.

Estas son algunas de las cosas que el antikirchnerismo rancio eligió dos semanas atrás. La provincia de Corrientes no posee establecimientos para recuperación de adictos a drogas, alcohol o cualquier otro tipo de adicciones. A los enfermos, por los general jóvenes, los envían al ex hospital psiquiátrico que se parece más al purgatorio previo al infierno que a un espacio de contención.
Los políticos cuyos hijos tienen estas problemáticas los envían a las grandes ciudades del país. Es porque poseen los recursos económicos para hacerlo.

Otra cosa que eligió el antikirchnerismo de estas pampas es la política del fútbol. Reparto de camisetas, pelotas, torneos por acá y por allá, traer a las grandes estrellas del pasado reciente futbolero a dar demostraciones del balón pie a los originarios. Subsidios para clubes pequeños en toda la geografía provincial. También se ratificó, en las elecciones pasadas, el reparto unilateral desde el gobierno sobre quién pasa a planta permanente o no en la administración pública. A su vez, se ratificó por parte del antikirchnerismo local la potestad absoluta dada al gobierno sobre cómo y cuándo dar mejoras salariales. Basado en su simple criterio. La idea es sentarse a esperar el cambio de humor del capataz, dícese del gobierno de turno y así aguardar unos mangos extras cada tanto cuando al gobierno provincial se le antoje.

También lo otro que habrán votado y quizás ya no sean antikircheristas, sea los que se inclinaron a favor de las huestes del gobierno local movidos por el terror, el inmenso miedo a dar una vuelta de rosca a los últimos doce años de gobierno relativamente idéntico a si mismo. Una mueca de cosas recicladas: ricardistas, arturistas y después finalmente ricardistas. El miedo a que esos pases a planta caigan, a que la vida no sea la misma si se va el que está y ya no podamos ni siquiera comer chipa y tomar mate. Porque nuestro destino lleno de éxito nos depara eso, sólo mate, chipa y algo de chamamé.

También dicen que no se cambia cuando se está relativamente bien. Quizás haya sido esa la gran fortaleza del capataz de turno con ayuda de los grandes medios de la comarca, regados por faustuosas cifras y favores a los propietarios de esos medios que dicen ser de comunicación. Mostrar que estamos bien de cara a un futuro lejano pero al alcance de la mano pero como lo indica el credo católico, primero debemos sufrir todo tipo de pruebas y vejámenes para llegar a ese paraíso. Esto también habrán votado los antikirchenristas locales

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