martes, 17 de septiembre de 2013

Flautista de Hamelín, se busca para revolución

Cuándo nos mintieron. Aquella vez en esa quema de muñecos en 1999, los estandartes eran llevados por un
aguerrido sindicalista docente llamado Gustavo Canteros, lo acompañaba por esos días de revolución, entre muchos claro, Araceli Ferreyra, era la caída de un gobierno elegido unos años antes por el mismo electorado que tronaba no por injusticias, sino porque no percibía en tiempo y forma sus haberes. O bien quizás fue eso lo que visibilizó el resto. A tantos años es difícil percibir. La administración que se hundía con la velocidad y horror del Titanic solían llamarla régimen. Las caras de los improvisados maniquíes consumidos por el fuego eran de dos actuales ex gobernadores: Raúl Romero Feris y Pedro, Pedrito Braillard Poccard.

Tiempo actual. Algún sábado de fines de agosto de 2013 ambos personajes, el gremialista pirómano de imágenes y Pedrito, comparten la presentación de quien debería acompañar al actual gobernador Ricardo Colombi en su faena de terminar de girar los tornillos que lo mantengan firme en el poder, con algunos barquinazos, desde 2001. Todos aplauden y están felices, dicen que la fórmula Colombi y por ahora no se sabe quien, será imbatible. Es Canteros y Pedrito es el postulante a la intendencia capitalina. Ambos bajo el manto pagano de un frente electoral llamado Encuentro por Corrientes (ECO). Pedrito habla e intenta lograr una mística de orador empático que en varias vidas no lo conseguiría, Canteros feliz, aplaude. Un poco más allá está Nora Nazar, actual Diputada provincial del nuevismo y candidata de ECO, en primer término, a Senadora provincial. También esposa de Raúl Romero Feris.

Es el turno después del elegido. Canteros al igual que el dueño de la imagen que solía incinerar en tiempos revolucionarios, busca transmitir solidez a un auditorio colmado en un espacio pequeño. Canteros dice que es peronista y algunos llevados por la euforia que suelen tener los mítines políticos bien rentados, le creen. Todo se desarrolla en esa mañana de fines de agosto pasado en el salón de fiestas del Club San Martín.

El último orador es Colombi quien reitera su diatriba por un aliado a quien le debe mucho. El kirchnerismo, de quine dice que si gana las elecciones del 15 de septiembre, se comería al menos, varios chicos crudos. Y que además, cambiaría la forma de vivir del correntino y lo plantea como una epopeya de unitarios y federales. Él, este mercedeño de unos cincuenta y algo de años, sería el caudillo federal levantado en armas contra el absolutismo unitario. Todos aplauden: Pedrito, Canteros, Nazar. ¿Del limbo aplaudirá el ex interventor federal Ramón Mestre? Alter ego del gobernador Colombi a quien lo ayudó a ganar en dudosas circunstancias las elecciones de 2001. El adversario aquella vez fue el nuevismo. ¿Y la foto con Néstor Kirchner en 2009, días después de haber ganado la gobernación a su primero hermano (Arturo)? Nimiedades. Gajes del oficio en política.  

Cuándo nos mintieron. En qué parte de los últimos 14 años se cruzaron tantos astros para que mucho antagonismo se licue y se vuelva consenso.

Es curioso pero la participación democrática en Argentina se resume a un cotejo Boca River, quizás para que justamente las elecciones sean similares a partidos de fútbol, se hacen los domingos y con un reñido clásico cada tanto.
La gente, los medios, los grandes medios que dicen “les damos lugar a todos porque somos plurales” y calibran el centimetraje de sus tapas con los favoritos porque cobran de ambos lados; lo reducen a mero encuentro deportivo. El ganador sale festejando en la portada, con los brazos en alto, bailando, mojado en transpiración y entre papelitos picados. El perdedor, con la cara (si es que la da) desencajada como suele ser el impúdico rostro de la derrota.
Al otro día, la resaca de eso que pasó, es viejo. Porque justamente nada pasó. Sólo dos fuerzas políticas intentando quedarse con algo llamado “Gobierno” porque dicen que el “Estado” somos nosotros.

Pero el tiempo también pasó para el Frente para la Victoria (FpV). A la escudería kirchnerista de estas pampas la atraviesan las contradicciones como lo es en su matriz el kirchnerismo de las grandes ligas. Sus referentes locales hace un tiempo se pusieron unos trajes denominados “progresistas”, se los consigue al costo en cualquier tienda de ropería política.

Su General de brigada partidaria, Fabián Ríos, logró cargos legislativos en el Congreso de la Nación gracias a acuerdos electorales con las fuerzas conservadoras. Anidó en el núcleo duro del peronismo provincial, un peronismo tan conserva como las reuniones de tupperware, compartió espacios incluso en el extinto Frente de Todos. Alianza que supo cobijar a los Colombi por dos: Ricardo y Arturo, en sus primeras gobernaciones a comienzos de la década pasada. Allí, juntos andaban los justicialistas que profesan la revolución de Mao Zedong en formato correntino y reforma agraria para la provincia. Un ejemplo, sólo por citar uno al pasar, es el matrimonio legislativo Rubín. Carlos Rubín y su esposa Alicia Locatelli, antes de llegar a la Cámara de diputados se alternaron las intendencias de su pueblo natal. Curuzú Cuatiá, ambos, respetuosos de la santa Biblia se pronunciaron en contra del matrimonio igualitario. A veces al progresismo se le puede hacer un “pido”.
¿Otro ejemplo? Sí, en el Concejo Deliberante de la comuna de la familia Rubín, está por cumplir dos años un proyecto presentado por el propio PJ local para retirar de la entrada del poblado, un busto con la imagen de Pedro Eugenio Aramburu, General de la Nación y dictador quien gobernó el país entre 1955 hasta 1958. Fue durante la Revolución Libertadora, el periodo de mayor persecución nacional para el peronismo. Carlos y Alicia prefirieron no adentrarse en el tema. ¿Otro pido a la causa nacional y popular? Sí.  

Pasaron los comicios del domingo y hay resaca. ¿Quién pagará la fiesta? Los de siempre, nosotros. Colombi antes de meterse en el túnel de la historia, otra vez, ajustará los cinturones de la economía oficial hasta dejar sin aire a la masa de empleados públicos. Por eso calibro la dádiva de los $400 con el metafórico "plus salarial" hasta fines de este año. Hasta dentro de un par de meses. En diciembre se termina el regalo y habrá que pasar el verano. No importa, eso también está pensado. Habrá durante unos 20 días chamamé y la música correntina catapultada por los medios de comunicación, se pondrá de moda. Nadie pensará en que enero es largo y no hay paritarias para negociar mejoras laborales ni salariales.

Nadie recordará la causa federal del gobernador en la Justicia Federal que lo imputa de tres delitos: enriquecimiento ilícito, evasión de impuestos e incumplimiento de deberes de funcionario público.

Es raro ver como la gente se asombró de las tropelías del kirchnerismo a nivel nacional, temían que aquí se cometieran lo mismo, pero no ven las que llevan la marca local: concentración de medios paraoficiales, algunos incluso de dudosa comprobación real, arresto de periodistas y un relato oficial aprueba de fisuras gracias a las jugosísimas pautas derramadas en los “grandes medios” de la aldea.

Qué tropelías valen más. ¿Las de acá o las de allá, las que poseen la marca indeleble de Buenos Aires? El manejo de la Justicia cotiza más acá o allá, en la gran ciudad. Cuando Colombi respondió que “el muerto se reía del degollado” para simbolizar como el PJ mueves los hilos de jueces federales y él con los nativos, importa a caso.

Cuando surja algún flautista de Hamelín que enseñe a los originarios de estas pampas que se puede vivir sin empleo público y que para eso genere trabajo genuino, cercano a lo digno. Cuando dicho personaje logre meter en la cabeza de los locales que no está bien que los pibes coman en los comedores de escuelas, porque eso demuestra que los padres no tienen trabajo formal y que no tuvieron una instrucción al menos mediana para valerse por si mismos.
Cuando en esta comarca dejen de importar más las vacas, el arroz y los árboles para que sí importen los humanos. Quizás haya un destello al otro lado del corredor.
Cuando ese flautista haga entender que no todo lo que viene de afuera es para cambiar lo que somos. Cuando dejemos de creernos el ombligo de un mundo donde no estamos. Quizás allí empecemos a crecer de en serio.


¿De dónde diantre debería venir el flautista de Hamelín?  

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