viernes, 12 de octubre de 2012

Los diarios cada vez dicen menos



Del sopor de los días de franco me despabilo al ver impávido cómo los tabloides de la aldea reprochan la imputación penal a un policía que hirió de gravedad a un joven delincuente. Todos los ponen en el bronce de superhéroe y piden el ajusticiamiento del ladrón lo más antes posible.

Replican así la cantinela más recalcitrante de la mano dura, de que dónde están los derechos humanos para el policía, que lo liberen ya y que al “chorro” lo quemen en una pira pública.
Así titulan nuestros diarios por estos días.

Sigo ojeando y veo que uno se asoció con un magazine semanal de chimentos y que todos los domingos vendrá sin cargo con el ejemplar del matutino.
Gran faroleo de flashes y boato para la presentación.

A qué habremos llegado que para vender un diario local recurrimos a la bazofia que hurga en las tertulias de las marquesinas porteñas.

Una vocecita me dice que son estrategias del mercado y vericuetos para tratar de imponer marcas en nuestra plaza vernácula.

Ok. Pero es mucho para el ocaso de un viernes.

Los diarios siguen sin hablar de mi, ni de ti.  

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