viernes, 30 de septiembre de 2011

Con las bolsas de ECO montabas un kiosco

Un avezado lugarteniente del peronismo provincial me lanzó la frase el lunes 19 de septiembre ya entrada la noche: “Con las bolsas de ECO montabas un kiosco”, sorprendido y zambullido en la afirmación muy original detuve mí tipeo en la redacción y me propuse escucharlo al hombre.

Con su eufemismo significó o al menos trataba de hacerlo porqué el PJ perdió en la capital provincial a manos de Encuentro por Corrientes (ECO), siete puntos de diferencia que la alianza del gobernador radical Ricardo Colombi, por lo menos lo que le queda de radicalismo, holgadamente sacó al justicialismo del intendente kirchnerista Carlos “Camau” Espínola.

“Y las bolsas de Fabián (Ríos) y de Camau tenían un paquetito de yerba, fideo y arroz que parecía arrocín. Ahora van a saber lo que pasa cuando se pijotea en las elecciones”, siguió con su tajante diagnóstico mi interlocutor que describía con más rabia que pena cómo fue la logística del peronismo el día eleccionario del 18 de septiembre pasado.

Es más, me contó también y luego lo corroboré con un colega que el encargado de llevar comida a los fiscales peronistas era el ex muchacho medallista, pero nada, los sándwich y gaseosas nunca llegaron.

Todo el ensayo del peronista dolido fue para abonar la teoría de que Camau “no laburó como tenía que laburar”. Es más: “No mostró la cara hermano”, insistió el hombre herido de muerte en su orgullo del movimiento nacional.

Hablan en el peronismo por lo bajo que hubo o hay desde hace tiempo un acuerdo implícito entre el intendente capitalino y el gobernador de no agredirse, dicen al menos hasta 2013. ¿Será tan así? Vaya uno a saber cómo se manejan los subterráneos pensamientos de la política.

Sí es verdad que públicamente ambos siempre se muestran contemporizadores y nunca una palabra de más en contra del otro, nunca un ataque verbal artero, eso es verdad.

Por último el peronista habitual visitador de la redacción donde me gano la vida y trato de escribir buenas notas, una esperanza repleta de heridas, antes de irse resignado dijo: “Estoy cansado de perder, me voy a ir a vivir al Chaco porque ahí Coqui (Jorge Capitanich) es una máquina. ¿Vieron como aplastó a los radicales?"

Por la noche en mi pelea fratricida con el sueño para poder dormir cavilé en los parámetros que aún hoy, en el siglo XXI, se siguen usando para hacer política. Bolsas de mercadería.

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