jueves, 22 de septiembre de 2011

Otra vertiginosa presencia kirchnerista de complejo abordaje

Dicen que hay que predicar con el ejemplo, la Presidente de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, desde que asumió la jefatura de Estado en diciembre de 2007 no concede entrevistas de ningún tipo –televisivas, radiales o escritas- y lograr una repuesta suya durante recorridas y actos oficiales, es una quimera para los medios de comunicación y periodistas. El estilo pareciera ser una impronta de gestión ya que casi todos sus funcionarios hacen del hermetismo y rechazo a la prensa, una religión.

Ayer ocurrió eso con la fugaz y vertiginosa visita a esta capital de la ministra de Industria, Débora Giorgi, en una clara señal política al delfín que posee en Corrientes la Presidente, el intendente Carlos “Camau” Espínola, tres días después de la derrota electoral que padeció a manos del oficialismo provincial.

Giorgi arribó pasadas las diez y raudamente se dirigió al palacio comunal ubicado en el microcentro correntino, a bordo de una furgoneta importada con custodia de la policía federal –traída con ella- y en una caravana a quien abría paso en las calles cuatro motociclistas de la Dirección de Tránsito Comunal.

Hasta allí parecía la habitual corte que suele acompañar a funcionarios nacionales en cada incursión tierras adentro en el interior del país, pero la sorpresa vendría en la sede municipal al momento de la conferencia de prensa. No más de cuatro preguntas y así fue, seguramente el pedido de protocolo por parte de la ministra dispuso la orden y prensa municipal de Corrientes la ejecutó a pie puntillas.

Para asegurarse que ningún cronista –entre los que estaban dos de época- se filtrara y abordara a la funcionaria nacional, el salón Pocho Roch, quedó cerrado hasta que Giorgi se escabullera por una puerta lateral y de esa manera cerrara su casi testimonial encuentro con los medios correntinos.

Hotel tomado

Para el mediodía se dispuso un almuerzo entre el mundo empresarial de la provincia y la ministra de Industria nacional, junto al intendente capitalino y la primera plana de sus funcionarios. Hasta el remozado Hotel de Turismo un cronista y fotógrafo llegaron para entrevistar ya no más a la funcionaria federal sino a los hombres y mujeres de negocios que compartirían el opíparo con ella, fue inútil, ambos tuvieron que abandonar las instalaciones del lujoso hospedaje “porque la reunión es privada”. Así lo explicó lacónicamente una encargada de prensa del ministerio conducido por Débora Giorgi, de cerca un guardia de seguridad supervisó que ambos se ubicaran en la vereda del edificio.

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