domingo, 14 de febrero de 2010

Lágrimas y andenes


Los dos hombres parecían uno solo. Abrazados, apretados, confundidos el uno con el otro, grandes pero tan frágiles en esa imagen que se dejaba ver desde la altura del bus.

El más mayor de ambos con su barriga prominente y con la nariz casi en forma de pico de sifón era el más compungido, el otro, el segundo parecía como el hijo o algún tipo de familiar directo.
Tenía el cabello adornado con mechones que intentaban ser rubios o platinados, pero quedaban solamente en eso, en un burdo intento.

Vaya a saber uno porque el más grande, el mayor expedía lágrimas y era absolutamente el más dolido de los dos en esa despedida.

A su alrededor la Terminal, esa eterna tierra de nadie, esa frontera interminable donde ningún humano es de donde viene. Donde no hay nacionalidades ni mucho menos sentido de pertenencia, seguía como si nada.

Mientras, los dos masculinos se asfixiaban en un abrazo que los hacía estatua por varios minutos y cuando el mayor, sin poder esconder las lágrimas detrás de las gafas de sol, le decía algo al oído de su abrazado.

Solamente centímetros los separaban del micro y aunque los 45 grados de enero en sus postrimerías, los tenía a los dos al borde del andén, la imagen no era registrada por ningún transeúnte pasajero.

El joven subido al transporte en una butaca del primer piso, corrió la cortina y lo apuntaba inexpugnablemente a su abrasador desde adentro del bus.

Del otro lado, a la otra orilla del andén, el mayor secaba lágrimas y sudor, todo en un solo movimiento, ayudado por un diminuto pañuelo blanco.

Apoyado sobre la columna parecía como sostener el pilar con la lógica de un centinela. El micro empezó a marchar hacia atrás buscando la salida de la Terminal.

El abrasador levantó la mano derecha y sólo atinó a saludar en un movimiento seco.
Pasan los años y las tecnologías se hacen cada vez más aguerridas y domésticas pero las terminales no pierden esa magia de conservar sus eternas despidas, entre andenes y lágrimas.

Eso es lo que pienso cuando termino de ver la instantánea de estos dos tipos desde el segundo piso del micro.

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