martes, 26 de noviembre de 2013

Colonizados

La modernización llegó a la pauperización. Ahora los diarios locales, bah, parte de ellos. Los que son parte
de la “Corpo” local llegaron a la estrategia de adosar magazines chimenteros y de otro tanto para las damas, revistas, de esas que siempre están disponibles en los consultorios médicos y peluquerías, para vender un ejemplar más.

Tanto que uno de ellos en su entrada edilicia posee la figura de dos referentes de estas revistas embasadas en la gran ciudad para ser lanzadas a la voracidad mediocre nacional que ahora se extiende a las comarcas provinciales.

En las últimas semanas los propietarios y exégetas de estos diarios se esmeraron en hablar de estrategias de venta, de producto y de “inversión”. Inversión de comprar algo hecho en la gran ciudad y hacer las veces de canillita aquí en la provincia de esas grandes editoriales porteñas. Curioso. Son los que constantemente se golpean el pecho hablando de correntinidad, del chamamé, del chipa, de los santos, paganos y sacros. De lo que somos en realidad.
 
Pero en el fondo. Porque siempre hay algo en el fondo del mar. El discurso único que tanto le importa al poder también le interesa este tipo de inversiones, porque cuanto más enlatado sean los “productos” de los diarios, más cómodo estará el poder de turno. Es fácil y grato para los grandes diarios nativos hablar, publicar pelotudeces nacionales y mirar hacia otros lados que no molesten al patrón de turno aquí en la estancia.


Y es llamativo como este tipo de colonización se hace natural en los cronistas. Es como bien visto que estas “inversiones” son saltos cualitativos en la política empresarial de los tabloides. Obnubilados por las burbujas y purpurina que acompaña lo efímero de las publicaciones que ahora salen con los diarios nuestros de cada día.  

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