miércoles, 12 de octubre de 2011

Nostálgicos

Salí aturdido de aquella conferencia de prensa además de la alta temperatura y lo denso de la humedad en aquel viernes de primavera. Entendí quizás al ver esos personajes porqué le va tan bien en las urnas al gobierno nacional, porqué los pobres y los que están fuera del sistema, el kirchnerisno, Cristina, les hacen creer lo contrario, que son parte de un proceso histórico de reivindicación de las masas tras varias décadas de liberalismo y capitalismo despiadado.

El viernes 07 de octubre Eduardo Duhalde tuvo su paso fugaz por Corrientes, arribó a las 12.30 al salón de conferencias del Hotel Guaraní, abrazado junto a José Antonio “Pocho” Romero Feris, su representante a nivel provincial. Una especie de gerente del Frente Popular que postula al bonaerense a Presidente de la Nación, esta vez por medio del voto popular y no a través de estrategias golpistas como fue en 2001. Mientras que el ex gobernador va con la misma alianza en busca de una diputación nacional.

Con un monólogo el postulante presidencial se dedicó a exponer sobre economía pero en términos muy generales, mixturó su lectura con envenenados dardos al gobierno nacional y evidenció su costado más derechista y reaccionario.

A ver, por ejemplo, para Duahalde “de seguir así dentro de poco se casarán hombres con perros”. El candidato presidencial teme una especie de Apocalipsis ya que Argentina es el primer país de Latinoamérica en tener una ley que permite el casamiento entre personas del mismo sexo.

Además, el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires tiene una imagen de mártir patriótico: “Le dije a mi mujer, no quiero volver a esa silla eléctrica, pero volví porque sé que le puedo dar muchas más cosas al país”. Sí, es como lo leen, el señor y doctor Eduardo Duhalde comparó el sillón de la Presidencia de la República Argentina con el instrumento que en algunos países hasta hace muy pocos años atrás se usaba para ajusticiar a condenados a muerte. Estados Unidos por ejemplo, lugar al que el candidato siempre se remite para comprarlo con nuestro país, utilizó tal herramienta hasta fines de los ’80. Actualmente modernizó el sufrimiento con inyecciones letales y el pase de lo terrenal a lo celestial es inadvertido por el condenado, primero lo deja en un estado inconciente y luego paraliza el corazón y finalmente el cerebro.

Si abundamos justamente en el inconciente del candidato veremos que la electricidad tiene que ver con su pasado, el de sus amigos militares con quienes siempre tuvo buenas relaciones desde los albores de su carrera política allá por los ’70. Cuando se hizo cargo de la intendencia de Lomas de Zamora tras la destitución del jefe comunal, el joven Duhalde era por ese entonces un ignoto concejal de dicho partido bonaerense.


Pero vuelvo a la conferencia de prensa devenida en monólogo, la gente que se acercó calzaba pañuelos naranjas, distintivo del Partido Nuevo, un emblema de los ’90. Entre el público muchos dirigentes de aquella década infame, Carlos Machi, Mirta Salazán, Ana María Penceri; lo cual no quiere decir que los mismos sean infames pero sí fueron protagonistas de aquel proceso político cultural que atravesó la Argentina.

Por último, para ubicarse en el contexto histórico el doctor Duhalde dijo que “la esclavitud no estaba mal vista por nuestros tatarabuelos, incluso para la Iglesia no estaba mal vista”, semejante afirmación me terminó de aturdir.

Creería que el candidato quiso significar que todo evoluciona en el mundo y que las banderas de antaño hoy en día son fracasos de la humanidad en el pasado.

En fin, Duhalde nunca explicó qué quiso decir con eso de la esclavitud y su aceptación social. De regreso al diario y caminando bajo el furioso sol del mediodía me dije que uno hasta es capaz de volverse kirchnerista con semejantes retrógrados nostálgicos.

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