viernes, 21 de marzo de 2014

El Audi

La cantina del Club Hércules en el barrio Libertad ese jueves tenía movimiento por el entrenamiento de los chicos, en básquet, que estaban a punto de terminar. Eran las 23:30 y la clientela iba en busca de las promo: unas enormes hamburguesas, dos, y lomitos acompañados con papas fritas. Las tartas que eran mi objetivo se habían esfumado más temprano.

El tremendo automóvil estacionó en doble fila exactamente frente al acceso principal del Club, buscaba a
uno de los pibes del entrenamiento. De negro intenso y los tres globos entrelazados lo destacaban del resto de los rodados sobre calle Brasil entre Junín e Irigoyen.

“Lo que siempre me pregunto cómo es que en una ciudad tan pobre hay estos autos” me lanza el dueño de la concesión cantinera luego de despachar una promo de hamburguesa con fritas y ordenar mi lomito con papas. El hombre de unos cuarenta y pico de años observa fijamente el Audi modelo 2014 y sigue enrollado en sus dicotomías: “Fijate vos como es la cosas que en hay gente que hace días está en la calle por la lluvia sin nadie que los ayude, esa gente no tiene expectativa de vida. No viven más que el día a día y te encontrás con estos autos en la calle”.

Para que no queden dudas y tras azuzarlo con  un “quizás no esté bien la distribución de la riqueza” por mi parte, cavila de nuevo. “No…no es que envidie ni nada de eso. Pero cómo hay estos autos en Corrientes, que se yo, con lo pobre que es la provincia, la ciudad. Eso es lo que me pregunto”.

Llega un padre con su hija y pide la promo de hamburguesa con papas que esta noche de jueves es la vedette en la cantina.

Divago entonces en las fotos que vi en la redacción durante todo el día: familias enteras en la calle gritando por ayuda, por soluciones de fondo que nunca llegan. Pienso por qué diantre los legisladores que se hacen llamar con el calificativo de honorables, sesionan de noche. Recuerdo las casas regaladas por un amigo al gobernador, imagino las propiedades de funcionarios. Los empresarios locales que fugan dinero al extranjero o lo vuelcan en modernos edificios en provincias vecinas.
Pienso en las obras que deberían hacerse para que dejemos de pensar como en el siglo XIX en los problemas que traen las lluvias, recuerdo hace nada el drama de la falta de energía. La marca registrada de “Corrientes República aparte”. El terror de la correntinidad a los cambios por más leves que parezcan. En las reverendas sandeces que escribimos o intentamos escribir a diario en el diario.


Mi lomito que mete miedo como un centurión ya está empaquetado y embolsado. El Audi recoge al niño que aguardaba. Subo a la moto, el cielo despejado después de muchas noches de lluvia intensa y discurro mientras pongo primera cómo sería la vida vista desde un auto semejante.

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