miércoles, 15 de febrero de 2012

Noche de bruja en San Valentín

En posición fetal con la boca abierta desperté esa mañana de martes. Aturdido, confuso e ido en aquellas imágenes tan reales de Verónica extasiada de sexo a la intemperie a solas conmigo en la plazoleta España.

Una verdadera Ninfa capaz de erotizar a un eunuco. Y yo tantos años sin verla ni saber de ella la vengo a recordar así. Inconcientemente en un sueño rebosante de frenesí.

Lo que aún persiste en mi recuerdo es lo siguiente: la plaza estaba vacía y por otros momentos con gente, cuando hablábamos ella reía y amenizaba la charla con gestos felinos.

Ya en otra parte Verónica se puso a cabalgar sobre mi regazo con besos propios de un Tsunami estrangulándome la lengua con la suya.

Después la plaza seguía vacía con la sensación de que Corrientes toda estaba desierta. Y antes de despertar mi amante tomó un estado extraño, mirándome fijamente a la cara acercó la suya y me abrió su boca con un gesto monstruoso que en el estado de inconsciencia soñolienta en que estaba, verdaderamente me asustó.

Que rareza. Al mediodía de aquel martes caí en la cuenta de la fecha: 14 de febrero.

Volví a recordar entonces esa bruja con la que soñé.

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