Bajo el subtítulo "lucha contra la droga" la
oficina de prensa de la gobernación reprodujo un extracto del discurso del
gobernador Ricardo Colombi (UCR): "Quiero abordar un tema trascendente
para Mercedes y la provincia en general", dijo el mandatario provincial
ante un grupo de vecinos el pasado viernes por la noche en el barrio
Centenario-Comunicaciones. Se trata de los dos conglomerados urbanos del Paiubre
densamente poblados. Colombi se adentró así en un tema urticante que salpicó su
administración en el reciente verano pasado, el tráfico de estupefacientes en
su ciudad natal en la cual el titular del Ejecutivo fue concejal y dos veces
intendente.
El 2 de febrero último el sacerdote de la ciudad Hilario
Barberán fue separado de su cargo tras encabezar marchas por el esclarecimiento
del homicidio de Iván Acuña, un adolescente a quien asesinaron durante una
madrugada en enero último. Para el religioso y centenares de mercedeños ese
crimen como otros, estuvo motorizado por la adicción y comercialización de drogas.
Lejos de esos episodios Colombi abordó la cuestión:
"Necesitamos de la colaboración y del compromiso, es la lucha contra la droga,
he tenido oportunidad de hablar con madres de la zona y me transmitían con
preocupación como este flagelo se inserta entre los jóvenes", admitió el
mandatario provincial sobre algo que justamente los habitantes de Mercedes
plantean desde hace años. Y de hecho, el pasado 31 de agosto Barberán en mano
le entregó una carta al gobernador contando el drama y miedo que poseen los vecinos.
A raíz de la falta de respuesta directa a esa misiva
epistolar y los hechos de inseguridad registrados en Mercedes, el religioso
salió a marchar en las calles junto a laicos, familiares y amigos del joven
Iván. Colombi elípticamente se refirió al tema tras el corte de cintas en una
flamante avenida. "Vamos a poner todo lo que hay que poner y lo estamos
haciendo, desde el Estado, pero esto requiere de más compromiso, el de toda la
comunidad, no debemos permitir que nuestros niños y jóvenes sean arrastrados a
las adicciones y a los vicios, la lucha debe ser frontal y sin descanso".
Justamente esa frontalidad le costó el puesto eclesiástico a
Barberán que fue trasladado a su antiguo puesto, Capellán de la Unidad Militar
ubicada a las afueras de Mercedes y llamado a silencio a través de su mando
superior, el Arzobispo de Goya, Oscar Faifer.
El gobernador cerró el capítulo de su oratoria refería al
narcotráfico y consumo de drogas al afirmar que "ésta es la convocatoria,
nosotros estamos al lado de cada familia y mi anhelo es que cuando vaya a
cualquier barrio de la provincia, no haya más madres preocupadas o desesperadas
por estos flagelos".
Desde la iglesia católica por medio de comunicados y eucarísticas
citas se habló de "confusión" por parte del sacerdote Hilario para
hablar de su presencia en las marchas. Finalmente cuando se concretó la
remoción de Barberán la institución religiosa se refugió en un gran silencio
parecido al de las necrópolis. El protagonista de la historia tampoco volvió a
parlamentar con los medios de comunicación.
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