Todo fue fiesta como indica el protocolo de uno de los
eventos más importantes de Corrientes como la pesca del Surubí en Goya. Los
gobernadores Ricardo Colombi (UCR) y el cordobés, José Manuel de la Sota (PJ), dejaron el
promocionado –por los medios provinciales- mate vespertino del domingo por las burbujas dulces de la noche.
En la cabecera de una de las mesas
en la opípara cena para los pescadores, se ubicaron los mandatarios y por las dudas
aseguraron una reserva de la bebida a mano. Un par de cajas bajo la mesa.
El
correntino, sagaz en formar alianzas electorales, barnizó la visita del
meditérraneo con diversas entrevistas informales junto a dirigentes radicales
del interior provincial, mientras duró la estadía goyana del visitante. El
peronista antikirchnerista por su parte brindó sus conocimientos en las lides
políticas y se cuidó de no dar detalles de los flamantes impuestos aplicados en
su provincia como ser el de los hidrocarburos.
Tampoco dijo nada de las huelgas docentes y el drama
recaudatorio que posee en la provincia serrana. Obvio. No había que arruinar el
momento.
¿O será que se los detalló a su amigo y aliado en secreto
antes de que el brebaje nocturno surtiera efecto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario