Hoy me acordé de vos. Iba
una joven medianamente linda a mi lado en ese colectivo que se mece para
revivir el sueño interrumpido al despertar.
Recordé todo lo que no
fuimos. Ni seremos. Mi idilio con lo imposible. Esa rara forma de huir hacia
adelante.
El recuerdo me llevó a
otear nuevamente la ciudad desde ese piso siete. Aquella noche, madrugada y
mañana en que me despedí abrigando esperanzas que nunca iban a nacer más allá
de mí deseo.
Eso, el deseo petrificado
que me devuelven los espejos.
Hoy me acordé de vos. Como
siempre sin saber por qué. Qué me llevó a tu fantasma. Es que aún no le
encuentro explicación a esta oscuridad y baldosas flojas.
Es tan lejano tu cabello.
Tu cuerpo. La oscuridad de tu piel. Como bálsamo me quedó tu voz en algún
audio.
Bajo del colectivo. La
avenida tiene el ruido de siempre. Atravieso la plaza, barrenderos ponen esmero
en su tarea. Creo que es porque los vigilan. Me siento igual. Mi porfía en recordarte es
como si me observaras todo el tiempo.
Alguna vez pasará. Me
repito.
Es viernes y la libertad
parece cercana.
Resistencia
(Chaco). Viernes. 08:20
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