Al borde del campo de
juego cuyo cesped acusaba las últimas heladas en su amarillento color, lo
aguardaba el intendente anfitrión César Torres. Con las aspas de la aeronave apagadas
el niño en cuestión salió al cruce del gobernador, un par de fotógrafos
inmortalizaron el momento mientras desde un lote contiguo, unos paisanos pedían
posar a Colombi para las lentes de sus teléfonos móviles.
Un rato después y en otro
sector de la localidad el intendente capitalino, Carlos Espínola, viviría un
momento muy especial. "Gobernador...gobernador una foto..." imploró
una señora al jefe comunal de Corrientes quien se entusiasmo con la idea. De
titular del Ejecutivo provincial, no tanto con la polaroid que no pudo cumplir
debido a lo apresurado que iba hasta la orilla
del Paraná donde se juntaban las dos vírgenes, de Itatí y Caá Cupé.
Unos metros más adelante de
Espínola iba el verdadero gobernador quien no escuchó la confusión de la
transeúnte dama.
Antes de llegar a la costa
el intendente correntino siguió en la cosecha de cumplidos: "Camau
2013" se animó un cuarentón ensayando los dedos de una mano en ve corta.
La legendaria señal de victoria del peronismo. Finalmente los halagos se desvanecían
a medida que la procesión de las imágenes santas empezaba a moverse.
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