El tipo venía en picada. Sus mandos naturales superiores lo
acusaban de filtrar información clave sobre el caso del violador en el barrio
Anahí. Sin embargo fueron las mismas fuentes policiales las que a lo largo del
día, del pasado miércoles, dieron datos al mundo periodístico sobre los avances en
el caso. Incluso todo culminó con una conferencia de prensa por la tarde de esa
ajetreada jornada en la
Jefatura de Policía, la plana mayor de la fuerza encabezada
por su jefe Alfredo Ojeda, resumió en ese encuentro con la prensa lo que había
dado a bocadillos durante todo el día.
Pero también había trascendido que la suerte del
subcomisario Sergio Aguilar, encargado de Relaciones Policiales, organismo que
como su nomenclatura indica podría coordinar tareas introfuerza, sinembargo
oficia de nexo con la prensa; sería removido de ese puesto por haber “filtrado”
información sensible del caso mencionado.
Rápidamente los movileros, cronistas de calle en su mayoría
de radios, acudieron al salvataje. En esa misma jornada parlamentaron con
sendos jefes de Aguilar para manifestar que el acusado en cuestión no había
cometido perjurio alguno contra la institución que representa, al contrario, había
contenido la ansiedad característica de los muchachos que caminan la calle día
a día. Quizás en ese tren, Aguilar tiró migas de información para los movileros
y de esa forma tenerlos entretenidos hasta el banquete final que fue la
conferencia de prensa por la tarde.
Aclaradas las cosas pareciera ser que el subcomisario seguirá
regenteando la oficina ubicada atravesando el patio interno de la Jefatura.
Tras este desenlace los muchachos deslizaron un vuelto por
parte de Aguilar: “Nos debés unos chipá y la Coca…”
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