Buscar, encontrar. Pero buscar es la clave en lo que
pareciera ser un intrincado camino que no sabemos a dónde va. ¿A qué destino
nos lleva decidirnos ir tras el amor? ¿Tras la vida de otra persona?
Ella busca por caso el equilibro en estos tiempos.
Dijo que una vez iniciado el año nuevo, algo que ocurrirá pronto, irá al
encuentro de su ser mismo.
Su rostro bajo la luz de aquella noche primaveral
estaba seguro de esas determinaciones. Como la que aseguraba no desear un amor
a la vista. No tener nada de eso. “Bien lejos. Estoy tan bien ahora”, decía
como recordándose todas las batallas atravesadas para llegar a ese estadío de
soledad.
A su vez, hay pasión a lo que dedica su vida.
Justamente, velar por otras vidas. Ahí, cuando habla de eso, se enciende y
parece más radiante de lo que es. Y en su hablar no hay muletillas. Pero por
sobre todo hay amor en lo que hace. Pero es otro amor, bien diferente sobre el
que dice no necesitar. Aunque por ahí deja una leve hendija y es cuando dice lo
de “bien lejos”. Tener un amor, pero “bien lejos”.
Yo pienso en el otro amor. En el que ella ubica en la
lejanía.
En la búsqueda de una persona, pero tampoco tengo muy
claro de qué se trata dicha búsqueda.
El azul del humo de su cigarrillo es una delgada
cortina ante el inmenso castaño de su cabello. También intrincado por sus
ondulaciones.
En la temprana mañana del otro día juntaré las cenizas
de sus puchos.
30 de noviembre, 10:23. viernes, Resistencia (Chaco)
No hay comentarios:
Publicar un comentario