El abrazo de la luna al río. Inmensa conexión reflejada
en una estela de luz sobre la superficie barrosa, marrón del Paraná que de
noche es inmensamente negra.
Qué más amor que este abrazo, pienso y caigo en la
cuenta de que nuevamente lo idílico se hace carne.
Desde la altura del puente se ve como un cuadro. Eterno
cliché: luna, río, amores, desamores, encuentros, desencuentros.
Pero yo pienso en el abrazo. Hace cuánto no doy o recibo
uno de esos que cobijan, protegen. Hoy domingo todo esto me parece un gran
lugar común.
Debería ser más terrenal y dejar de huir por medio de
la idealización. La luna sigue visible por un buen rato hasta que el colectivo
se interna en la ciudad.
Quiero un abrazo.
Quiero estar protegido.
Domingo 23 de
diciembre 2018. 11:57
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