A caso la luna que está al
alcance de la mano pude seguir siendo musa. Aquello que lo tenemos terrenalmente puede llegar a
inspirarnos. Estos interrogantes quizás sean, su no respuesta, el derrumbe de
los matrimonios. La muerte de la pasión. El deseo congelado por tener que
convivir de manera cotidiana con un mundo compartido. Lo que mata es la humedad
y también la convivencia. Los 365 días anuales y las 24 horas diarias. Vaya
pregunta y soliloquios sin contestaciones. Quedan como suspendidos en el aire.
En esa espera pueden tranquilamente habitar los signos de preguntas
existenciales.
Aquella mañana de otoño
justamente la luna parecía suspendida sobre la intersección de ambas calles.
Bolívar y Perú. Una esquina que cíclicamente a lo largo de su historia fue de
rateros. En su pasado más lejano supo ser la vidriera de chicas con tarifas
bajas y servicios variados en moteles de mala muerte sobre la Avenida Artigas. A
unas cuatro cuadras de la intersección mencionada.
También una noche,
recuerdo en ese órgano vital del Barrio Libertad como lo es la esquina mencionada,
crucé a dos chicas fornidas que reían a los gritos gracias al faso que se
fumaban. Estaban dentro de un auto. Se besaban y tocaban. Esa noche, como esta
mañana, la llovizna era eficaz como un asesino full time. ¿Habrán tenido acceso
carnal las chicas? La luna artificial no estaba porque aún la velada transitaba
su adolescencia.
Aquella noche como este
amanecer tenían una cortina de garúa con fermento de humedad. Por mi parte, voy al encuentro
de la aguja que atravesará mi brazo izquierdo.
A esta hora. Seis y quince de la mañana esta luna suspendida en
la esquina también en un estado lisérgico podría ser confundida con un Ovni. O
un mensaje místico. Veinte y pico de años atrás en esta misma intersección, estaban
los montículos de tierra cuando se pavimentó gran parte de la barriada. Ahora
la metamorfosis va hacia el cielo. La zona está llena de edificios cuyo
financiamiento es de obscura procedencia. Al menos de muy difícil
justificación ante el fisco que en esto casos prefiere no ver.
Estiro el brazo derecho
para tocar ese bólido de luz pero es una ilusión óptica. Entonces, vaya
ejercicio de memoria, recuerdo que en esta intersección un automóvil me chocó. Mi
edad cuando eso ocurrió, eso sí me cuesta recordarlo. Pero era niño y como recientemente
aprendía andar en bicicleta fui casi a escondidas de mis padres hasta la plaza
homónima del barrio y decidí aventurarme
sobre la calle al regresar a casa. La aventura culminó con la colisión del
rodado de gran porte hacia mí. Luego había vecinos corriendo a los gritos por
todos lados.
El episodio del siniestro
vial sin daños de consideración es lo más lejos que me pudo llevar en el tiempo
esta luna artificial. Suspendida sobre la esquina su imagen y figura son
fantasmagóricas. Surrealistas.
Creo definitivamente que
el mejor brazo para la extracción de sangre debería ser el izquierdo. Qué me
determina eso. No hay explicación lógica. Como la de imaginar que la luz de
neón de una esquina sea exactamente igual a la luminosidad de una luna
levitando sobre la intersección de dos calles.
Sábado. 12:13. Otoño, Mayo de 2017
Sábado. 12:13. Otoño, Mayo de 2017
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