Antes de que muera el domingo. Espero a un amigo en casa,
son las 23: 27 y tengo una gran confusión.
Miro desde hace un rato la
transmisión del Taragüi Rock por un canal de cable (Gigared) la sigla de la
señal es algo así como T5. En el Boletín Oficial de la provincia figura como
una cooperativa y sus “socios” son los empleados, transmite en vivo y vía
satélite gran parte de los actos gubernamentales de la administración
provincial y desde que estoy mirando, hace ya más de una hora, en los cortes
sólo pasan una y otra vez el pegadizo jingle del Gobierno provincial “arriba
corrientes”, donde una serie de estereotipados correntinos, cantan, bailan y se
muestran felices. En el envío no hay fábricas, no las habrán encontrado en la
preproducción del spot propagandístico.
Mi confusión gira a lo parecido de esta transmisión con la
de Fútbol para Todos, la diferencia es que el evento rockero es transmitido por
una canal privado. O bien, una cooperativa como dice en el Boletín Oficial. El
lugar donde se desarrolla el evento es el anfiteatro Cocomarola, perfectamente
pintado de verde manzana, la tonalidad propagandística de la administración
provincial.
Sigo en la transmisión con la esperaza de que algo me
sorprenda pero descubro que es un calco de las trasmisiones de la Fiesta Nacional del Chamamé,
notitas tras bambalinas, notero que mete adjetivos hasta donde le de su
vocabulario y las imágenes regresan al escenario.
Pero sí llegó a sorprenderme cuando lo veo al Bebe Contepomi,
conductor de La Viola
del canal de noticias Todo Noticias (TN). El Bebe muy contento por su estadía
en Corrientes con una ventana del hotel hacia el río Paraná, así lo contó,
afirma que el Taragüi Rock “No está politizado. No sé quién lo hace”, dice. Seguramente
el Bebe no tiene mucha comunicación con su representante o producción del
programa. Afirma luego que el Gobierno que venga después del actual “tendrá que
hacer esto que está instalado”. Tampoco el Bebe tiene mucha información sobre
los cambios de administraciones gubernamentales en la provincia. No los hay
desde 2001.
Llegó mi amigo y le cuento la confusión. Sobre todo las
apariciones de algunos personajes en la transmisión que con vehemencia suelen
criticar y denostar el manejo maniqueísta que hace el kirchnerismo sobre la
cultura y los eventos populares. Nos disponemos a comer pizza mientras abrimos
el primero de una serie de dos Dadà Malbec. Discurrimos en política. Y recuerdo
el acto de la Juventud Radical
el sábado pasado en el Club Alvear, el presidente del radicalismo provincial,
Sergio Flinta, hizo una revelación que en ella quizás encierre algunas
explicaciones. Lo dijo cuando habló ante las inferiores del partido gobernante.
Lo dicho echa algo de luz a la confusión.
“En la última elección del año pasado, antes de empezar el
proceso electoral tuvimos un problema. El candidato de enfrente (Carlos
Espínola PJ) era muy joven y eso nos generaba muchos problemas, por su llegada
a la juventud. Entonces pensamos con Ricardo (Colombi) en espacios para ustedes
y ahí se generó el Corrientes Cumbia, el Corrientes Rock, otros espacios
destinados al deporte y a cuestiones sociales. Y fueron ustedes quienes
respondieron bien después en cada uno de esos espacios haciendo trabajo
político”. Sergio Flinta, Senador provincial y presidente de la UCR.
El domingo dejó de existir.