Preparaba mi MP5 para grabar el par de preguntas que le haría a Enrique Zuleta Puceiro, reconocido encuestador con mucho kilometraje en bocas de urnas y anticipar quiénes serán gobernadores o presidentes. De paso por Corrientes invitado por
Con una sagacidad felina un joven se me adelantó y estrechó su diestra al disertante: “Que tal Zuleta Puceiro como está…”, enardecido en mis interiores me contuve y aguardé que el cholulo dijera lo que tenga que decir y se largue.
“Quería pedirle que me recomiende algún libro para leer…yo soy el sobrino de Pedro…el vicegobernador”, lanzó quien a esa altura ya era destinatario de todo mi arsenal de veneno.
Zuleta no entendía mucho, ni quién diantre era ese muchacho muy presentable con saco de corderoy al tono, ni quien era Pedro, discurrió entonces en textos de economistas y políticos sin dar precisiones de profesor sobre qué libros leer.
Caramba me dije, esto es lo que somos: “Sobrino de…” semejante chapeo como a comienzos del 1900. Y entonces retrocedí al inicio de toda la disertación.
Había jóvenes de
Vi además de este sobrino irrespetuoso en busca de bibliografía, a señoras muy coquetas de andar cansino debido a los grandes tapados y alajas de fantasía que portaban.
Estoy casi seguro que algunas de ellas dirán este fin de semana en reuniones de amigas: “Lo fuimos a ver Zuleta Puceiro y no sabes las cosas que dijo…que bien que habla ese hombre”. Y en realidad no tienen la más pálida idea de lo que habló Don muestreos de opinión.
Después me fui en mis pensamientos en los señores, todos de dobles apellidos muy radicales ellos. Ah, porque la mayoría según mi testeo, eran ucerreitas. Incluso el gobernador Ricardo Colombi estuvo invitado pero no fue.
Bueno, decía, los caballeros aportaron lo suyo a la hora de las preguntas al chamán, digo al encuestador. Uno solicitó comparaciones de la nueva reforma política con el sistema electoral a inicios del siglo pasado. Habló de voto calificado y demás extinciones que supieron viciar de retrogrado al sistema electoral y político del país.
Luego otro pidió definiciones sobre la derecha e izquierda, es decir, que se diga bien quién es quién. Zuleta sonrió y contestó que eso es como buscarles el sexo a los ángeles, nadie en hoy en día ni es tan de derecha ni tan zurdo.
Tras acomodar en mi mente toda esta fauna de abogados con prosapia y linaje local que suele acudir a este tipo de encuentros, volví al pariente cercano del vicegobernador. Un gran remedo de lo que el conservadurismo en la provincia siempre quiso ser, formado e instruido, pero quedado sólo en eso, un deseo. Tuvieron el poder a lo largo de años recostados en el estatus quo de apellidos compuestos, estancias y títulos honoríficos. Y una sociedad anquilosadamente conformista y por ende muy fácil de domesticar.
Sobre la nota y mi pregunta que me salvara la página que tenía que hacer…bueno, Zuleta tropezó con una frase: “El 70% de los argentinos cree que todo se irá al carajo”. Como gris cronista mediocre que soy me prendí de eso y contorsioné sobre el teclado.