Hace algún tiempo
dejé de soñarte. Y recién ahora, con una lluvia húmeda de invierno vengo a ver
esta flor. A metros de mi nuevo hogar.
Entonces no solo
te llevo en mi piel y también a donde voy, aunque reniegue de eso la mayoría de
las veces.
Ahora te veo aquí.
Cerca. En esta nueva tierra que busco sea mía, la siento así. Propia.
Porque quizás todo este absurdo de vivir no sea otra cosa que una búsqueda de cosas que, creemos saber qué es, pero es solamente creencia.
Reniego de
llevarte en mí porque es mi última manifestación, mi último regaño porque te
moriste.
La hidalguía de
las rosas.
Posadas, Misiones,
13.22
07 de agosto
No es la duda lo que enloquece: es la certeza.
F. Nietzsche, Prusia 1.880 d.c
